Hemos llegado al cuarto y último cortometraje de stop motion y marionetas de este mes, The Maker. De la mano de los esposos Christopher y Christine Kezelos, director y productora, de esta peculiar historia que nos habla de amor, tiempo y propósito.
De alguna forma logra que quedes envuelto en un mundo de fantasías que incluso te da la impresión que si vieras el corto en bucle no hay un inicio, ni un fin. Tiene los personajes más extrañamente lindos que he visto, y una vez tanto tu como el personaje principal entienden que es lo que debe suceder, te vas encariñando con él y la historia. Realmente disfruté como el inicio de The Maker aprovecha la ausencia de sonido para ponerte alerta y así cuando eventualmente escuchamos algo, sabemos su valor.
Cada elemento en este cortometraje es importante, pero el hilo que une todo es la representación del tiempo. Definitivamente no es la primera historia, mucho menos la última en utilizar este recurso. Pero como en la vida misma, este se vuelve valioso en el momento exacto en que le das propósito. Pienso que The Maker es una reflexión sobre nosotros, individualmente y como colectivo. Muestra como todas las experiencias son un proceso de aprendizaje, el valor de los errores y principalmente que todo sería más fácil si alguna vez alguien leyera el manual completo antes de empezar a hacer algo.
Esta historia de 5:30 minutos ha recorrido el mundo en más de 70 festivales de cine y ha ganado 22 premios. Algo particular sobre las creaciones de Christopher y Christine Kezelos es que cuentran con una secuela en la forma de un libro de cuentos, para esta es The Magnum Opus, que es básicamente la parte dos de The Maker. Y muchos al terminar de verlo sentirán que necesitan desesperadamente una segunda parte. De forma muy interesante una historia le permite lugar a la otra, incluso pareciera que es una estrategia que nació al mismo tiempo que el argumento del cortometraje, una creación da lugar a la siguiente.
Algo que podemos rescatar de todos los cortos que reseñamos este mes empezando con The Gravedigger’s Tale, pasando a Negative Space, Vincent y ahora The Maker, es el nivel del detalle en cada una de las marionetas, los espacios y los elementos que componen la escenografía. Un aspectos que me sorprendió en cada uno de ellos es la iluminación, como se vuelve un factor imprescindible para contar la historia, transmitir sentimientos y lograr transmitir un mensaje.
Con esto terminamos nuestro mes de Stop motion & Marionetas, definitivamente quedaron muchos cortometrajes de los que no pude hablar así les dejo algunas recomendaciones más, “Zero”, “Madame Tutli-Putli”, “Lost & Found” y “Second to None”. En cuanto a The Maker pueden disfrutarlo en cualquier momento aquí.
