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Crítica: “Howl” La poesía en lo experimental

howl - poster

En este recorrido por el cine basado en las obras o sucesos del Beat Generation como “Naked Lunch” o “Kill Your Darlings” me he reencontrado con este filme que me tocó hace más de 10 años atrás y ahora me hizo recordar lo poderoso que puede ser el medio.

“Howl” basado en el juicio y el poema de Allen Ginsberg, una película dirigida por Rob Epstein y Jeffrey Friedman que nubla la formalidad de los géneros cinematográficos y crea una joya visual y narrativa.

En su núcleo, “Howl” nos lleva por una especie de entrevista estilo documental a Allen Ginsberg (James Franco“Spring Breakers”, “The Interview”) en la cual cuenta su experiencia como poeta y desde el inicio hace varias afirmaciones fuertes acerca de la beat generation como “La beat generation no existe, solo somos unos tipos buscando ser publicados” lo cual es cierto. Creo que uno, como artista, nunca busca crear un nuevo movimiento, esas cosas suceden por si solas y son el resultado del trabajo y la evolución artística de cada individuo.

Mientras esta entrevista sucede, vemos a la vez un juicio en el que la empresa que publicó Howl está en problemas de censura porque la obra es obscena. Esta segunda línea narrativa nos lleva a explorar la mentalidad del estadounidense común en los años 50’s. Luego de la segunda guerra mundial, la manera de pensar de muchos ciudadanos cambió y comenzaron a buscar la libertad. Esta libertad era mal vista por la sociedad conservadora hasta entonces y cualquier obra que se salía de los cánones morales, era mal vista.

Al estas dos cosas suceder, de manera no lineal, tenemos a Ginsberg narrando “Howl” en un club nocturno, lleno de poetas y gente que celebra las palabras y la libertad de pensamiento, junto con varias secuencias de animación que cruzan en lo surrealista y dadaísta para intentar dar una imagen más visual a las palabras del poema. Una experiencia que puedo llegar a compararse con las animaciones mágicas de Disney como “Fantasia” fácilmente.

Curiosamente, la crítica no alaba esta película y me parece extraño. Me parece que tiene la magia y el tono que le hizo falta a “Kill Your Darlings” y el diseño de producción es excepcional. Confieso que me encanta la estética de esta época del siglo XX, todos vestidos formales con sus anteojos gruesos de pasta leyendo poesía y viviendo. Es una imagen que contrasta con la mentalidad deprimida de post guerra. Es ver una luz en un paisaje oscuro.

Aunque es una película de corta duración, solo con 84 minutos, se disfruta mucho. Por lo menos, yo la disfruté y un filme que me gustaría revisitar varias veces por su manera de narrar hechos del pasado de maneras diferentes. No es solo una recreación, sino que también se juega con los géneros. Una utilización de intertítulos como si vieras un documental o en el caso de la entrevista a Ginsberg, tenerle siempre mirando a otra persona que nunca se muestra y que todos sus diálogos sean respondiendo preguntas. Son elementos que le dan una capa realista a la obra fílmica.

Al final, estas son solo herramientas que se utilizan para transmitir esta idea de por qué Ginsberg escribe o cómo lo hace o incluso lo que lo inspira a hacerlo de esta manera. Me fascina el poder ve como las palabras pueden llegar a significar tantas cosas diferentes para tantas personas y al final cada quién puede tener su verdad propia acerca de un texto u obra, mientras que el autor, en este caso, solo gritaba a los cielos sus experiencias homosexuales. En base a esto, me pongo a pensar en todos esos análisis de obras de diferentes medios cuyos significados cambian de acuerdo a cada individuo y si el mensaje que quiso dar el autor originalmente, realmente importa.

Se me hace fácil recomendarla a mi generación. Recordarles que en las artes hay maneras de quitarse estrés de encima y poder comunicarse con el mundo exterior de una manera bella y profunda.

Calificación

Trailer:

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