Se me hace complicado escribir sobre una película panameña, más que todo cuando yo soy un aspirante a cineasta en este país, pero siempre es importante analizar los trabajos de tu lugar de origen. Pasé mucho tiempo evitando ver esta película, sin razón aparente. Luego de mucha insistencia de Netflix, decidí darle una oportunidad, me preparé y le di play a “Operación Causa Justa”.
“Operación Causa Justa” es una película panameña del 2019 dirigida por Luis Pacheco y Luis Franco Brantley en la que se cuentan los sucesos camino a la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989. Esta es también la película enviada a representar a Panamá en los premios Oscar 2021.
La película narra una serie de historias que suceden alrededor del día y durante la invasión estadounidense a Panamá para capturar a Noriega, el dictador de la época. Cabe recalcar que este hecho sucedió, más las historias que cuenta, son ficción. El filme narra de manera paralela varias historias que se entrelazan entre sí, mostrando las diferentes caras y casos de las situaciones del ciudadano durante la masacre. La historia principal parece rondar alrededor de un militar panameño llamado Calixto (Arian Abadi), la segunda historia es la de un vendedor de drogas que vive en el chorrillo de nombre Ismael (Anthony Anel Grant), también está la historia de Carmina (Patricia de León), una prostituta que quiere llegar al entierro de su amante o esposo. Por otro lado, está la historia del trío de amigos que buscan enterrar de manera digna al esposo o amante de Carmina y a la vez la historia de un gringo llamado David Cromwell (Leo Wiznitzer – “Diablo Rojo”, “Locos al Poder”) que es atrapado por hacer promover actos contra el régimen de Noriega. Son muchísimas historias siendo contadas a la vez que la historia de la invasión en sí, lo que hace que, al querer contar mucho, no se cuente nada.
En Panamá ha habido cientos de producciones sobre la invasión, y no es por menos ya que fue uno de los momentos más importantes y horribles de la historia del país, pero ha llegado el punto en el que la temática se ha convertido en una muleta para producir cualquier cosa y no un evento sobre la reflexión. Creo que esta es la producción ficcionada más grande que se ha hecho sobre el suceso hasta ahora, pero a diferencia de muchos documentales que se han hecho, “Operación Causa Justa” no llega a ser trascendental ni consigue impactar al espectador de manera efectiva.
Creo que es mejor comenzar a hablar de las cosas que los realizadores lograron hacer bien. En un principio, la propuesta fotográfica es sorprendente. Cada plano que se hace se nota una gran dinámica lumínica y se le da gran uso al rango de colores para mostrar un plano al igual que los movimientos de cámara llegan a ser ágiles, entretenidos y en su mayoría llegan a mover la historia hacia adelante. De igual manera, casi todos los actores logran un buen trabajo, lo que me hace feliz. No se notan acentos forzados ni químicas extrañas entre personajes, sino que puedo verlo y, hasta tal punto, creérmela, que es la finalidad del cine y cabe mencionar que la dirección de arte es adecuada con un diseño de sets que llegan a ser convincentes y acertados a la estética de finales de los 80’s en la región.
Ahora, hay varios elementos que son imposibles de ignorar en la producción. Tanto así que es necesario hacer pausas y repetir ciertas escenas para asegurarte que tus ojos nos te engañan. Esta es una producción que luce y es bastante grande para los estándares del país, pero la falta de experiencia en el arte de la cinematografía sigue siendo un rasgo característico en los realizadores panameños. Uno de estos elementos son los efectos especiales digitales. Es imposible no distraerse con lo falso que pueden lucir, desde helicópteros que parecen juguetes y renderizados a medio terminar como efectos de humo y partículas que llaman más la atención que la narrativa en la escena. Estas no son cosas que ocurren en algunas ocasiones durante la película, sino que desde sus primeros segundos son aparentes, con una superposición entre 2 nombres en los créditos iniciales que claramente son un error y cerca del tercer acto se ve como un militar dispara una pistola, pero sin el efecto visual lumínico del disparo cuando en planos anteriores sí lo utiliza.
Aunque los actores hayan hecho un trabajo digno, es claro que pudieron hacerlo mejor. De hecho, soy fiel creyente de que un actor solo puede llegar a una interpretación tan buena como lo dirija el director, pero, aunque el trabajo del director y el actor sean buenos, pueden ser arruinados por la figura del editor o montajista. En “Operación Causa Justa” tenemos lo que probablemente sea uno de los trabajos de montaje más incómodos que se han hecho en una producción panameña alguna vez. Durante la hora y media de metraje te encuentras repetidas veces un exceso de cortes sin sentido y que, en vez de avanzar la trama, la estancan convirtiéndola en un menjunje al que es difícil de prestar atención por sus cambios de planos. Planos los cuales muchas veces son cambios de escala y listo, o sea, pasar de un plano general a un medio o primer plano con la misma toma de manera digital, cosa que se nota por sus fallos en el enfoque y la degradación de la calidad del clip, aparte de que hace inexistente un cambio de angulación, tienes exactamente lo mismo, pero más cerca. Podría teorizar sobre la razón de estas decisiones, pero no puedo defenderla como una propuesta estilística, más que todo, parecen cortes realizados para corregir diálogos y equivocaciones de rodaje, pero de la manera más obvia posible. La película se contaría mucho mejor con un ritmo de montaje más lento y con menos planos.
No me gusta ser tan negativo al escribir una crítica y mucho menos sobre una película panameña, pero estas son las obras que me hacen dar cuenta de que nos falta muchísimo y a la vez me alegra que ahora existen personas que están dispuestas a producir mucho y hacer que evolucionemos, aunque sea poco a poco.
Lastimosamente no tengo casi nada bueno que decir, porque incluso en los elementos básicos de la obra cinematográfica se falla. No existe un desarrollo de personaje ni hay razón para que te sientas identificados con ellos y esto no lo digo porque yo nací años después y no viví eso, sino que narrativamente no tienes suficiente de ellos para agarrarte, haciendo que estas solo parezcan recreaciones de un evento sin alma alguna.
La mezcla de sonido también fue una de las causantes del poco impacto de las acciones de la película ya que las explosiones, los disparos y las bombas no suenan casi nada, no tienen ese boom fuerte que pasa por encima de la voz ni te ayudan a sentir la ansiedad del momento, parece que entender bien las voces fueron la prioridad antes que lograr transmitir bien la sensibilidad del momento de la historia.
“Operación Causa Justa” es una obra a medio terminar y, por lo tanto, confusa. No creo poder recomendarla y extrañamente esta vez diré que es mejor buscar cualquier otro documental sobre la invasión para entender mejor lo que pasó.
Y espero estar equivocado, pero creo que un personaje estaba leyendo el guion en una escena.
Trailer: