Recuerdo el año 2019, el hit de Netflix fue “El Hoyo” una película que el público disfrutó muchísimo y me incluyo. Aquella película tenía una crítica bastante fuerte y directa a la manera en la que funciona el sistema económico y social del mundo y la verdad es que a la gente le gustaba hablar sobre ella. Para sorpresa de todos, hace unos meses Netflix anuncia “El Hoyo 2”, una segunda parte y mi cara era de confusión total, porque ya la primera se sentía autoconclusiva aunque dejaba muchas incógnitas abiertas, pero se sentía que era a propósito.
“El Hoyo 2” es una película española de ciencia ficción y suspenso del 2024 dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia una segunda parte de su éxito anterior.
“El Hoyo 2” presenta una historia que comienza igual que la anterior, una torre enorme con 333 pisos, 2 personas por piso y una plataforma que baja con comida todos los días. En esta ocasión la protagonista es Perempuán (Milena Smit – “Tin & Tina”, “Libélulas”) una mujer que entra en el hoyo porque necesitaba tiempo para perdonarse por cosas que se van revelando a lo largo del filme. Al igual que en la primera parte, se forma una gran revuelta por la comida y comienzan a bajar pisos peleando y matándose.
¿Qué hay de nuevo? En esta segunda parte tenemos una especie de secta que ha logrado imponer una ley para que todos logren comer. La ley es clara, solo tomarás tu ración de comida y dejarás lo demás, si alguien rompe la ley, los de los pisos superiores deberán bajar y matar a la persona que violó la ley y así se mantendrá la paz. Si una persona muere o la matan, su comida debe ser desechada y no puede ser aprovechada para ayudar a los de más abajo. Esta ley viene de parte de “ungido” y tiene muchos seguidores y hace valer sus reglas por medio del miedo y la violencia. Una crítica bastante directa a las religiones y a la fé, doctrinas que tratan a todos los que no piensan igual como salvajes o bárbaros. Creo que esta crítica es lo más importante de “El Hoyo 2” ya que en la primera entrega fue sobre la libertad total de los pisos de arriba y estar abajo era una sentencia de muerte, ahora no importa si estas arriba o abajo, si no cumples te matan. Hasta que llega uno de los giros en el que se revela que esta película es una precuela de la original y no una secuela. ¿Importa en algo? Realmente no, parece una excusa para traer a personajes de vuelta y explicar sus comportamientos en la primera parte pero realmente no afecta en nada.
Por otro lado, durante el metraje nos aparecen imágenes de niños jugando en una pirámide y cada vez el juego se torna más caótico porque todos quiere llegar arriba y al final, el niño que gana es tomado por una pareja de adultos y lo ponen en el último piso de el hoyo. Todo eso hace referencia a que la carrera por estar en un estrato socioeconómico más alto es una construcción social y que todo es culpa de la corrupción de personas mayores. El problema económico siempre viene de las generaciones pasadas, es heredado.
Casi todos los personajes que conocemos y que explican por qué estan en el hoyo es buscando el perdón por algo y necesitan tiempo para cumplir un castigo. Esto hace que la estructura sea una especie de limbo, todo una analogía religiosa.
Hay un par de giros más que tiene “El Hoyo 2” pero que realmente no llegan a ningún lugar, como que vemos a las personas que trabajan haciendo que la estructura funcione y demás y a ellos no les afecta en nada lo que sucede ahí dentro, etc, etc. El tema es que al final, el sabor que nos queda en la boca es que acabamos de ver la misma película que la original solo que con otros personajes que piensan un poquito diferente, parece que las cosas nunca cambian. ¿Es una precuela necesaria? No, para nada. Da esta sensación de que simplemente reciclaron la película anterior y comenzar a ver cómo podían hacerla diferente y es que, en entrevistas con el director, él comentaba que, en efecto, la original era autoconclusiva y no era necesario seguir con otra, pero el éxito de Netflix abrió las puertas a hacer otra película y si hay una nueva oportunidad hay que aprovecharla. Ahora, el director habla de que podría haber una tercera parte en la que podría explorar la construcción, el motivo y la razón de el hoyo, saber quiénes lo controlan y todas esas cosas. El problema que estoy teniendo es que entre más explican las cosas, más pierden su magia y se comienzan a sentir como películas con menos sabor y se comienza a notar que no es tan profundo como lo querían hacer parecer en la original.
A grandes trazos, creo que vale la pena verla. Es una película que te mantendrá entretenido todo el rato. Te reirás, sufrirás y la pasarás bien. El diálogo a veces es medio tonto pero funcional. Es de esas películas que solo la sentirás mala si la comparas con la original, cosa que es inevitable y lo mejor de todo es que puedes encontrar “El Hoyo 2” en Netflix en este link.
Trailer:
