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“Amantes del Círculo Polar” el amor y las casualidades

Los Amantes del Circulo Polar - poster

¿Quién dijo que las películas de romance no pueden tener una estructura interesante? “Amantes del Círculo Polar” es una experiencia realmente única para el cine de género que quiere romper reglas y paradigmas narrativos. La belleza de la casualidad, la poesía de los palíndromos y una historia que se cuenta de dos puntos de vistas diferentes y de múltiples momentos en el tiempo.

“Amantes del Círculo Polar” es una película española de drama romántico de 1998 escrito y dirigido por Julio Médem y ganadora de dos premios Goya en 1999.

Hay películas que se sienten como poesía. Películas que mientras las ves sientes que te van susurrando versos al oído. Esa es la sensación que me da “Amantes del Círculo Polar”. Un filme que cuenta la historia de dos seres humanos: Otto y Ana. Dos jóvenes cuyos nombres son palíndromos, se leen igual de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante, un pequeño guiño a lo que será la estructura de la historia de alguna manera. La película cuenta el amor de ellos desde el primer momento que se ven de niños y como solo con casualidades sus vidas se cruzan románticamente y se revelan historias que van más allá que las generaciones de sus padres.

Más que un relato romántico, este filme es una narración hermosa. La manera en la que Médem decide contar esta historia es lo que la hace única. Durante todo el filme tenemos esta narración en off de los protagonistas, pero sus voces son casi un susurro tenue, muy suave, contando la historia desde el punto de vista de cada uno, la primera vez que se vieron y la razón de por qué sus miradas duraron lo que duraron, la manera en la que se piensan y como se sienten. Todo tiene dos lados, la historia es de ambos. Otto es un niño que puede catalogarse como raro, nunca habla y pero sus pequeñas acciones pueden llegar a impactar a decenas de personas como escribir una frase en aviones de papel y que cada uno la interprete a su manera, frase que inteligentemente no le muestran al espectador y dejan que cada quien la llene con el verso que más le tocaría el alma.

“Amantes del Círculo Polar” se vuelve mística y doblemente hermosa al entender su estructura. Como vemos la historia desde el punto de vista de ambos, el espectador está como viviendo recuerdos, en una ocasión específica Otto descubre que su madre está muerta, siendo adolescente y con un solo corte vemos esa misma secuencia, pero con Otto de niño. De igual manera viviremos diferentes escenarios con Ana. Todo el metraje está construido como si fuera una guirnalda de momentos. Aunque la mayoría del tiempo están juntos, Otto y Ana tienen ideas de la vida diferentes y Otto cuenta con una mente repelente hacia el mundo luego de la muerte de su madre, pero Ana no lo querrá dejar solo. Creo que si la historia no se narrara de esta manera escalonada y desordenada podría quedar siendo como cualquier otra película romántica, pero Médem toma el riesgo de estructura alternativa y la hace funcionar. De hecho, esta estructura hace la película. Por si sola, creo que la premisa del relato podría ser invendible. ¿Una historia de amor en la que todo sucede por casualidad cuyos enamorados se persiguen por años? Es una idea trillada, pero al tener este tratamiento digno de ser una fusión entre Christopher Nolan y Makoto Shinkai con una gran dosis de poesía y una actuación tan tersa, se vende muy fácil por la experiencia cinematográfica que propone.

El guion de Médem es hermoso con frases dignas de recordar, aunque en ocasiones o en su totalidad el filme pueda ser muy empalagoso. Es un romance que funciona por la forma y llega el punto en que sus casualidades parecen ser demasiado, pero aún así las disfrutas y sonríes. La historia que cuenta Otto sobre el origen de su nombre y luego la casualidad que se da llegando al último tercio del filme es sublime. Una pequeña historia que saca una sonrisa y demuestra la belleza del ser humano.

Puede que lo único negativo que tenga la película es que no todo lo que te muestra es verdad. Escenas que son fantasías, cosas que no ocurrieron. Como espectador me dan una esperanza que a los segundos me quitan de las manos, aunque todo sea por su simbolismo. “Amantes del Círculo Polar” le pide una cosa muy importante a su público y es darle una oportunidad y tiempo a su narrativa. Luego de los primeros 20 minutos te engancha de amor, te engancha de ternura, te engancha con su encanto poético, así como lo hace “El Lado Oscuro del Corazón” cuyos versos y fantasía arman una buena historia.
A finales, mi único disgusto es el final. La última acción y lo único que no llega a ser casualidad. Un romance que se convierte en tragedia, pero en medio de la emoción. Es lo único, no más. Los demás elementos de esta obra son casi perfectos, los tonos azules que bañan el filme que la da una sensación de frío es contrastado por la calidez del relato. Las actuaciones hermosas que te dejan con ganas de ser abrazados por los enamorados y el guion que, aunque en momentos parece inverosímil, llega a deslizarse por tus oídos como poesía.

Deberían ver este filme español porque “Estar enamorado no es fácil. No basta con desearlo, hay que oírlo.” Es necesario dejarse llevar por el romance y vivir estar experiencias que trascienden más allá del tiempo y que acompañan la vida regalando lecciones sobre como vivirla. Hay que ser ¡Valiente!, ¡Valiente!, ¡Valiente! Para poder vivir. Hay que arriesgar. Hay que atreverse a ir un poco más allá por las personas que amas. Vivir el amor y la vida con las casualidades de Ana y de Otto el piloto.

Calificación

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