Me emociono cuando veo que hay películas que tocan temáticas de viajes en el tiempo, espacio o dimensiones, pero a la vez dudo porque entiendo que escribir este tipo de historias de manera verosímil es muy difícil y tener el presupuesto para llevar tu proyecto a cabo con una calidad decente, aún más. En el 2009 salió “Triangle” una película británica-australiana escrita y dirigida por Christopher Smith del cual nunca había escuchado nada. Del resto de su filmografía no reconozco ninguna producción que hizo, pero en la gran mayoría utiliza el terror de alguna manera.
Les contaré la historia que cuenta la película, porque de verdad no creo que valga mucho la pena verla ya que parece película que debió ir directo a televisión en todo el mundo no solo en Estados Unidos. Seguimos a Jess, una mujer que tiene u hijo autista y se va de viaje en un velero con sus amigos. (El niño no es relevante porque no lo veremos de nuevo hasta el final). En su viaje en velero, pasan nos presentan a los personajes y de la nada hay una tormenta que lo deja varados y queda subiéndose en un barco enorme pidiendo rescate. Sucede que en el barco son correteados por un asesino encapuchado y para no hacerles la historia larga les digo que el asesino encapuchado es Jess, una Jess de otra línea temporal porque al parecer en el barco se forma un circulo que obliga a Jess a matar a sus amigos una y otra vez. El gran giro es que al final nos damos cuenta que el tiempo no solo se repite en el barco sino en todo lo que ha pasado en el último día.
El asunto es que la historia quiere ser compleja, pero en esta lucha por la complejidad se pierde en ella misma. Se entiende que quiere llegar a ser algo tan revolucionario como lo fue “Memento” en su tiempo. Al final de la película nos revelan que la misma Jess que vemos al principio está volviendo una y otra vez viéndolo todo de nuevo y ella es consciente. El problema es que durante la película se nos presenta Jess como si no supiera nada de lo que pasó cuando en realidad sí lo sabe todo. Esto no funciona, obviamente. Nuestro protagonista no es de confiar, pero no lo sabemos hasta el final. “Memento” funcionaba porque desde el principio sabíamos que no podíamos confiar en el protagonista y eso es lo que hacía la trama interesante. En este caso, tenemos una trama sobre compleja con reglas que no nos presentan. Esto da paso a que casi la mitad de la película son repeticiones de las mismas tomas que hemos visto anteriormente lo que me lleva a la fotografía.
La fotografía en “Triangle” es como si estuvieran haciendo un checklist muy básico. Desde las presentaciones de los personajes en el velero nos damos cuenta que estaban como cubriendo la escena de la manera más básica posible. Un plano medio de cada personaje y no se salten el eje. En teoría eso está bien, pero se siente robótico y con una falta de motivación para cada plano. El montaje la daña aún más porque te das cuenta de que solo están cortando cuando habla un personaje. No vemos reacciones, no vemos nada, solo gente hablando y con cortes sin un ritmo. Se siente como arena entre los dedos.
Más notorio es que todas las tomas en exteriores están sobre expuestas. No por una decisión estilística sino porque parece que nadie estaba viendo el monitor. Claramente se ve que quisieron rescatar el pietaje en post para poder tener detalle y lo cubren con una colorimetría espantosa que deja a todos los personajes desaturados, pero con highlights amarillo de donde viene el sol, pero con una luz en la cara que no viene de ningún lado. No me sorprende que le haya ido tan mal económicamente. “Triangle” tuvo un Budget de 12 millones recuperando solamente 1.6 millones. Claro, parece que se gastaron la mayor parte del presupuesto en la pantalla verde para que por lo menos pudieran hacer sus montajes con una calidad pasable y digerible y no quedara compitiendo con “Sharknado”.
Lo que más me duele es que conocí esta película porque en la escuela de cine a la que asisto, había estudiantes comentando lo genial que era la historia y que era una locura lo que hicieron y eso me emocionó. Lastimosamente la vi muy emocionado y solo con los primeros cinco minutos me di cuenta que esto iba directo a estrellarse.
Esta película no es buena, no es totalmente mala porque tiene una idea interesante mal manejada, pero tampoco puedo decir que vale la pena verla. No da miedo, no te deja intrigado ni perplejo de ninguna manera. Solo se siente como una gran pérdida de tiempo y la pongo al mismo nivel que “The Invisible Man”, una de las películas más malas del 2020.
Trailer:
