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Crítica: “Sound of Metal” y la apreciación a los sentidos

sound of metal - poster

Algo que muchas veces damos por hecho es que el cine es un medio audiovisual. Me refiero a que es un concepto que aceptamos sin caer en cuenta de lo que eso realmente significa. Normalmente le prestamos atención a las imágenes y a la bella fotografía de las películas mientras que el sonido es algo que sientes o queda de segundo plano tomando protagonismo, el dialogo. “Sound of Metal” es puro sonido y este enfoque a la narrativa hace que la experiencia sea algo inolvidable.

“Sound of Metal” es un drama del 2019 escrita y dirigida por Darius Marder, siendo este su primer largometraje de ficción como director y distribuida por medio de Amazon.

La película cuenta la historia de Ruben (Riz Ahmed“Venom”, “Wheatering with You”, “Rogue One”), un baterista en un dúo de metal con su novia y guitarrista Lou (Olivia Cooke“Me and Earl and the Dying Girl”, “Ready Player One”, “Thoroughbreds”). Ruben, de un día para otro comienza a quedar sordo. Esto en los primeros 5 minutos de filme. El resto será una gran trama de superación por la cual tendrá que pasar Ruben separado de su novia para aprender a ser una persona sorda y aceptar su realidad mientras lucha por tener dinero y lograr una operación para recuperar sus oídos.

Lo que hace que este filme sea una obra excepcional es su diseño sonoro. No estamos viendo una película en la cual no se escucha nada, sino que el audio está diseñado para hacernos sentir y escuchar las cosas que Ruben percibe. Hay momentos de aire en los que percibimos y escuchamos el mundo en su normalidad, pero siempre estamos obligados a ponernos en la mente de Ruben. Estos juegos de sonido hacen que la película se convierta en una experiencia frustrante que realmente duele. No digo de mala manera, esto es muy bueno. Lo que “Sound of Metal” logra es que te metas en la piel del personaje y sientas lo que el siente. Aprendes a apreciar tus sentidos. Hay momentos en los que me daban ganas de llorar porque el dolor de perder tu sentido más importante para tu trabajo es demoledor. En el caso de Ruben, era músico y queda sin oir, pero imaginen a un fotógrafo que quede ciego o un chef o catador de café que ya no pueda saborear. El simple hecho de pensarlo me deja los pelos de punta y un escalofrío atraviesa mi cuerpo. Creo que nunca había tenido una experiencia en la que el sonido reinara de manera tan fuerte una experiencia audiovisual. Claro, existen momentos en películas en las que un gran sonido o una canción te conmueve y te mete en universo del filme, pero son momentos que pasan rápidamente. Esto es una película entera.

Desde el primer plano de la película ya entendemos su lenguaje estético. Ruben sentado en la batería, iluminado desde arriba, la luz es fuerte y notas que esto no fue grabado en digital, luce y se siente como película, celuloide. Kodak de 35mm, un look indie, podríamos decir. El filme está lleno de poéticos planos estáticos que referencian el texto de la película y su mensaje de que debemos aprender a quedarnos quietos y apreciar el mundo de la manera que podamos. Entre eso, secuencias de cámara en mano que acompañan a Ruben en su vertiginosa vida luchando por volver a escuchar y peleando con su frustración de vida. Una frustración muy fuerte y bien justificada.

Esta es de esas películas en las que no se le puede sacar algo negativo. Me parece que pasa del nivel de ser una simple película entretenida a ser una experiencia cinematográfica que puede sacudir a cualquiera y que estoy seguro más de uno se sentirá identificado. A esto puedo sumarle que es una película que se le puede recomendar a cualquiera.

Es un filme de dos horas que no se sienten. Desde el inicio se mueve de manera rápida y caótica en la que no te deja separar los ojos de la pantalla. Se sale de un drama para entrar al siguiente creando un efecto en cadena en una montaña rusa emocional que no te deja respirar, hasta el final. Me parece muy curioso que incluso en el momento en el que Ruben logra su cometido, sufrimos. Marder logra crear una historia que incluso en los momentos que deberían ser de felicidad, nos gira la situación para sufrir aún más y empujarnos a una escena final en la que se logra una catarsis excepcional. Esto es algo que en clase de guion te dicen que no se puede hacer y que debe haber altibajos y diferentes emociones, pero “Sound of Metal” es de las películas que demuestran que las estructuras emocionales en narrativas no siempre son necesarias, aunque por otro lado veamos que de manera clara cuenta con una estructura clásica aristotélica.

Sigo sin palabras y anonadado por este filme. Es una película para sentir y creo que entiendo por qué la estrenaron directamente en streaming aunque tengo la duda de como sería la experiencia en una cine.

Me gustan estas películas que desafían lo que parecen límites en el medio. El poder crear nuevas maneras de contar las historias es maravilloso y se logran crear experiencias diferentes en cada película.

Creo que es bastante obvio que esta es una recomendación muy fuerte y que vale la pena apreciar con buenos audífonos y sin compañía.

Calificación

Trailer:

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