Sé que no escribo muchas reseñad de películas en español en Sala Ocho y no es porque no quiera, si no porque son más complicadas de conseguir y rara vez llegan a cines panameños. Pero por suerte, pude conseguir este filme nominado a mejor película internacional en los Oscares 2020, junto con Parasite.
Soy culpable también de no seguir a fondo a los directores hispanohablantes y mi último visionado de una película de Pedro Almodóvar fue “La Piel Que Habito”, la cual es excesivamente buena y también tiene una actuación de Antonio Banderas como protagonista.
En este filme, Almodóvar, esta plasmando de alguna u otra manera parte de su vida frente a todos, describiéndola, así como su película más personal. Esto se vuelve muy obvio cuando la vez, ya que llegas a sentir una conexión increíble con los personajes. Incluso el guion tiene sus rasgos de genialidad poética, más que todo en el monólogo teatral que hay en una escena. Cada cierto tiempo sientes que los personajes te tiran una frase que te deja pensando y comienzas a simpatizar más con el sentimiento de melancolía de el protagonista, Salvador Mallo (Antonio Banderas).
El reparto es algo de admirar. Las actuaciones se sienten honestas y muy buenas. Llevándose un par de premios Goya en la edición más reciente del 2020. Desde Antonio Banderas, hasta Penélope Cruz se han destacado en la película. No solo eso, también recibieron el Goya a mejor montaje, dirección, mejor película y otros, dejando “Dolor y Gloria” como una de las mejores películas españolas del 2019.
La historia narra como Salvador, un director de cine retirado, reflexiona sobre las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida, mientras se enfrenta a nuevos problemas, intentando salir de los viejos. La verdad, yo siento que esta película no trata sobre nada especifico. Solo acompañamos al protagonista en unas narraciones sobre su vida y nunca tiene un fin específico. Es un filme character-driven que no pretende ser algo más. De hecho, creo que no sigue una estructura narrativa común, es como si no le importase. Salvador nunca tiene un problema que cambia su vida y en ningún momento sentimos que hay un clímax, pero no importa porque lo que estás viviendo ya es hermoso.
Una dirección de arte bastante peculiar acompaña la obra, con colores brillantes y formas que fluyen de manera suave que hacen recordar un estilo futurista o incluso pop de las décadas pasadas. Visualmente Salvador es rodeado de una onda muy 60-70’s pero en una película que es claramente moderna.
Almodóvar llega a tocar temas de exploración de la sexualidad, drogas, depresión y dependencia de una manera real y no romantizada. Cosa importante porque no nos quiere traer un final de cuento de hadas ni un final trágico, si no un trozo de la vida de este personaje que refleja él mismo.
Creo que la única queja que tengo es que hay escenas en las que la elección de planos es incómoda en varios puntos. Algunos ángulos exagerados que no tienen un sentido real, pero estas cosas se pasan porque el resto de la fotografía y el montaje fluyen de manera muy buena.
Hay muchos críticos gringos que se quejan de que no tiene sentido y que no la entienden, pero creo que esto se debe a que, en parte, el lenguaje utilizado en el filme apunta a ser más entendido por la nostalgia española, sentimientos que no atraviesan bien la barrera idiomática al cine estadounidense simplificado. “Dolor y Gloria” se siente como un poema de los que no puedes olvidar. Esta es la película más madura de Almodóvar y da ganas de volver a verse su filmografía.
Sin duda “Dolor y Gloria” es recomendada y que deben buscar cualquier manera de verla. Es de esas películas que demuestra que no todo lo bueno viene de Hollywood. Su narrativa no es simple y directa, pero es para meterse en el personaje e intentar entenderlo. Levemente pretensiosa pero muy buena.
Admiren este trailer de “Dolor y Gloria” que no contiene ni una línea de diálogo, pero te transporta y te hace sentir lo que te narrará la obra. Me encanta.
Trailer:
