Sin duda es una tarea complicada el intentar materializar de alguna manera lo que es o puede ser la muerte. “What Dreams May Come” es una película que lo intenta y recuerdo haberla visto por pequeños pedazos en los canales de televisión por cable de pequeño y me alegra haberla encontrado nuevamente para poder disfrutarla de principio a fin.
“What Dreams May Come” es un drama fantástico de 1998 dirigida por Vincent Ward basada en la novela homónima de Richard Matheson.
El filme cuenta la historia de un hombre llamado Chris Nielsen (Robin Williams – “Bicentennial Man”, “Jumanji”, “Dead Poets Society”), un doctor, quien en los primeros minutos pierde a sus dos hijos y luego le toca a el perder la suya en un accidente horrible. Chris, ahora muerto, comienza un nuevo ciclo en el cielo mientras extraña a su esposa, Annie Collins, (Annabella Sciorra) quien sigue viva. Annie, en su depresión, decide matarse y Chris al enterarse de esto decide que debe ir a sacarla del infierno.
Leyendo un poco sobre esta película me he dado cuenta de que es de esas que amas u odias, no hay puntos medios. Siendo honestos, creo que es una gran obra audiovisual. El tratar estos temas de la vida después de la muerte es difícil y complejo, más que todo porque nadie realmente sabe que es lo que sucede. Cada religión tiene una visión diferente de lo que puede pasar y hay personas que creen que simplemente todo se acaba y dejamos de existir, pero es imposible saber la verdad. El director Vincent Ward decide irse totalmente a lo fantástico, una visión del cielo en la que te encuentras literalmente dentro de una pintura expresionista y que poco a poco se va convirtiendo en real para ir dándole evolución al personaje, pero aún así, volviendo una y otra vez a lo imposible como diciendo que después de la muerte todo es posible.
El viaje de Chris es algo fuera de este mundo. Ocurre de la misma manera que el recorrido de Dante en la Divina Comedia, pero muchísimo más resumido y enfocado más en el amor a la familia, aunque de igual manera tenemos paralelismos como un personaje igual a Virgilio. Las imágenes que el director logra crear para visualizar estos mundos son aterradoras y mágicas a la vez, que, a su vez, se refuerzan por líneas en el guion que aluden directamente al existencialismo. Eso me trae a comentar que “What Dreams May Come” está llena de referencias a otras obras, de hecho, su nombre ya es una referencia a una línea del soliloquio “Ser o No Ser” en Hamlet.
Esta es una película que no oculta que quiere hacerte llorar desde sus primeros minutos. Recurre fuertemente a la tristeza, la desgracia, la melancolía, una y otra vez para solo llegar al final e intentar darle un giro, esto a nivel de tono me hizo sentir un poco como cuando vi “A Ghost Story” de David Lowery ya que son películas que tratan de la muerte y de intentar entender tanto tu existencia como el intentar ver como sigue la vida de los demás ahora que tu no estás. Es un torbellino emocional que no me sorprende que sea una razón para que a mucha gente no le guste.
Observando detenidamente la película, solo logro encontrar un elemento que puede ser un punto negativo en el visionado y es su estructura de guion junto con su montaje. “What Dreams May Come” se mantiene recurriendo a flashbacks y flashforwards una y otra vez pero sin explicarte qué es lo que estas viendo. Se vuelve confusa y difícil de entender en ocasiones y es meramente por la manera en la que está montada y su guion. También podría entenderlo como una propuesta estilística arriesgada, lo cual se aplaude y realmente deja a Ward como un visionario, aunque en esta ocasión dicha opinión dependerá del espectador.
¿Vale la pena sacar del baúl de los recuerdos esta película del 98? Creo que sí. Es un filme que ha envejecido super bien y aunque ahora su premisa no es tan única y hay otros que tratan viajes parecidos sigue manteniéndose fuerte en su estilo visual y puede servir de inspiración para otras producciones futuras.
Hay algo que al ver “What Dreams May Come” va a llegar a la mente de muchos y es que Robin Williams ya murió por medio del suicidio y puede llegar a tocar una yaga profunda en el corazón de los espectadores verlo en una película en lo que se critica eso mismo. Son estos hechos inesperados en el mundo real que, por peor que suenen, le dan un valor más fuerte al filme. Después de todo, creo que el contexto histórico de un filme importa para el disfrute del mismo.
Sin duda recomiendo “What Dreams May Come” siempre y cuando tengan una mente abierta y tolerante a la obvia visión cristiana que tiene la historia, creo que puede llegar a ser una película inolvidable.
Trailer: