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Reseña: “The French Dispatch” Anderson en su máximo esplendor

the french dispatch - poster

Todos conocemos el trabajo de Wes Anderson, eso sí, si no viven bajo una roca. Sus famosas películas como “The Grand Budapest Hotel”, “Moonrise Kingdom” o “Fantastic Mr. Fox” son parte importante de la vida de muchos amantes y no amantes del cine. Hace más de un año atrás anuncia su nueva película “The French Dispatch of the Liberty, Kansas Evening Sun” e inmediatamente todos los que lo seguimos nos emocionamos. ¿Nos traerá algo diferente? ¿Es una nueva historia con su icónico estilo? ¿Será un fracaso? Pues, lo que puedo decir por ahora es que es mucho más de lo que esperaba.

“The French Dispatch” es una comedia en forma antológica del 2021 dirigida por Wes Anderson que tuvo su premiere en el glamuroso festival de Cannes en su edición del 2021.

En esta ocasión Anderson cuenta la historia de un pequeño periódico americano en un ficticio pueblo en Francia y las cosas que ocurren alrededor del mismo o como se van escribiendo sus historias. El filme está dividido en cuatro partes conectadas por el personaje de Bill Murray (“Groundhog Day”, “Lost in Translation”) llamado Arthur Howitzer quien dirige el periódico e intenta corregir las historias que le están llegando. La primera historia es sobre un reportero en bicicleta llamado Herbsaint Sazerac (Owen Wilson “Zoolander”, “Midnight in Paris”) que está escribiendo un artículo sobre cómo el pequeño pueblo frances de Ennui-sur-Blasé ha cambiado a través de los años. La segunda historia es sobre la charla que está dando J.K.L Berensen (Tilda Swinton “We Need To Talk About Kevin”, “Suspiria”), una escritoria del periódico, sobre un pintor famoso llamado Moses Rosenthaler que estuvo preso toda su vida en una cárcel de máxima seguridad por ser un loco asesino, pero con un gran talento para pintar, siendo Simone (Léa Seydoux “The Lobster”, “Blue is the Warmest Colour”) su musa y una de las guardias de seguridad que lo cuidan. La Tercera historia es narrada por Lucinda Krementz (Frances Mcdormand “Nomadland”, “The Tragedy of Macbeth”), una reportera que se acuesta con Zeffirelli (Timothée Chalamet“Call Me by Your Name”, “Dune”) un estudiante revolucionario que busca la libertad del tener acceso a los dormitorios de las mujeres creando así la revolución del ajedrez. La Cuarta y última historia es contada por Roebuck Wright (Jeffrey Wright “No Time to Die”, “The Batman”), un escritor de reseñas gastronómicas que narra cómo un chef asiático salvó a un niño de un secuestro.

Lo más aparente es que parece ser un film muy cargado de narrativa, pero sorprendentemente no lo es. Al mejor estilo de Anderson, logra mantener estas historias muy simples, pero narradas de una manera rápida y con un vocabulario que busca explicar con mucho detalle cosas banales y sentimientos de manera casi poética y absurda a la vez. Esto, claro es, con ese estilo visual tan característico del director. De hecho, es posible que, la parte narrativa sea lo más complicado para que el espectador se conecte ya que tras varias charlas con amigos y conocidos llegan a describir la película como que tiene más estilo que narrativa, cosa con la que desacuerdo. Puede que algunas de las historias que se cuentan en el filme no tengan un final con un gran estrés climático o que resuelvan algo, pero se tienen un sentir de cuento que te hecha un amigo con sus salidas por la tangente y todo. Me parece que esta vez Anderson se da la libertad de tomar ideas sueltas y poder unirlas de manera que para él son funcionales. Puede que estas ideas por sí solas no tengan la fuerza narrativa para una película, pero unidas llegan a formar algo hermoso que aunque se sale de la estructura convencional, se sigue sintiendo como una obra personal. Esta opinión, al igual que con todo, va a varias de espectador en espectador, pero yo me sentí muy cómodo con la manera del director de contar estas breves historias tanto por su estética como su lenguaje y sentido del humor. No va a ser una experiencia cinematográfica fuerte y épica, pero puedo describirlo como comerse un croissant con una bebida suave y liviana en una tarde de verano.

El estilo visual del director se mantiene e incluso se ha vuelto más fuerte. Esta parece ser la película en la que el diseño de producción junto al estilo narrativo se juntan y Anderson logra jugar con libertad. Una paleta de colores pasteles exquisita se juntan con imágenes que parecen pinturas. Interesante es la manera en la que hay planos en los que simulando una pausa todos los actores se quedan quietos, pero los leves y temblorosos movimientos humanos le dan una sensación de que Anderson no busca hacer una película en la que te creas que lo que ves es real, sino una representación de hechos reales o ficticios. Lo que cobra vida es la representación y no la historia, lo cual me parece hermoso. Esto que menciono es parte del estar consciente que lo que ves es una película, una falsedad, un mentira, un punto de vista recreado de una situación y mientras que muchos directores se esmeran por crear una nueva realidad, Anderson busca que te des cuenta que es una mentira, pero es su mentira y eso me parece hermoso. Es una de las razones por las cuales es uno de los directores originales y que tienen un sello de autor tan marcado, eso y sus famosos planos simétricos, que en “The French Dispatch” hay muchísimos.

A diferencia de sus demás películas, creo que en “The French Dispatch” el director se arriesga más con la tridimensionalidad de sus planos y sus posicionamientos de cámara. Aunque la mayor parte sean sus famosos planos simétricos, vemos un par de ellos en los que busca la profundidad para poder mostrar más de un espacio y otro, como también la manera de cortar un plano con otro llega a ser más rápida que en otras ocasiones, dando una sensación que se acerca a la de ver una película animada, pero con las características del cine live-action. También reluce mucho el juego que hace con el material en blanco y negro y a color que llega a ser como el golpe de chistes y entradas y salidas de una realidad, aunque este sea uno de los únicos elementos que siento que no estuvieron tan bien fundamentados.

Sigue llamando mi atención la manera en la que este director puede tener un cast tan grande de actores de clase A. Siendo más curioso aún como estos grandes actores están felices con ser personajes secundarios y lo dan todo aunque sus apariciones no lleguen ni al minuto. Esto me hace pensar en la importancia que tiene la visión creativa de un director en una producción y como un portafolio de trabajo único puede emocionar a los talentos para que trabajen contigo sin importar que tan loca o extraña es tu idea.

“The French Dispatch” es, sin duda, la película más Wes Anderson de Wes Anderson. Es a la vez, la que tiene historias menos fuertes, pero que al mismo tiempo me parecen más memorables. Fácilmente entra en mi top de películas del 2021 y sin duda la veré una y otra vez.

Calificación

Trailer:

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