Panamá

Crítica Panameña: “Plaza Catedral” y los nuevos caminos del cine en Panamá

Plaza Catedral - Poster

Es cierto que al hablar de alguna producción nacional con mis allegados quedó comenzando o terminando mis frases con: “para una película panameña esto es…”. No es un secreto que los estándares han sido diferentes y es porque como país, seguimos siendo muy jóvenes en este arte y deja al público deseando más calidad o más historia. Hoy me encontré con una de las películas que más había esperado, “Plaza Catedral” y cuando salí del cine quedé pensando que no necesito de aquellas muletillas en las frases o un estándar diferente para hablar de ella, porque esta es probablemente la mejor obra cinematográfica de ficción del país.

“Plaza Catedral” es un drama escrito y dirigido por Abner Benaim (“Chance”, “Invasión”). La película estrena en Panamá en el IFF 2021, pero llega a salas comerciales en el 2022 y es la elegida para representar al país en los premios de la Academia llegando, hasta ahora, al shortlist de su categoría.

La historia que se presenta en este filme es la de una mujer mexicana, Alicia (Ilse Salas“Las Niñas Bien”,”Museo”), de clase alta viviendo en Panamá quien queda cuidando a un niño de 13 años, Chief (Fernando Xavier De Casta), que llega a su apartamento sangrando a causa de un balazo por la violencia de los barrios bajos. Eso de manera vaga para no arruinar nada para quienes no han visto la película.

Hay varios puntos que comentar sobre la experiencia que fue ver “Plaza Catedral”. Por mi parte, como un esclavo de la estética, quedo hipnotizado por su estilo visual. Desde los primeros cuadros del largometraje se ve y se siente que hay algo diferente aquí. No es el clásico Panamá sobresaturado y caribeño que vemos comúnmente, sino que se observan planos largos casi desaturados y perfectamente compuestos que separan esta producción de otras. No es una película comercial, pienso en los primeros minutos, esto es una propuesta artística que se tomará su tiempo y nos lo está haciendo saber. La calidad fotográfica del filme, el shortlight, el abrazo a la oscuridad, los travelings lentos que acompañan casi cada escena, acompañado todo de una colorimetría estilizada son la base en la que comienza a contarse esta historia. La atmósfera creada con su banda sonora y este juego de luces y sombras es algo que me recordó mucho a “Blade Runner”, un filme que no tiene nada que ver a nivel narrativo, pero apenas hay sombras geniales y música jazz no demora en entrar en mi mente, aunque no me parece tan descabellado porque estos elementos llegan a reafirmar la soledad de la protagonista en esta mundo noir.

El director toca varios temas difíciles y a la vez complejos, la culpa, un luto interminable, el machismo, la violencia en las calles y la diferencia que hay entre clases sociales creando un personaje rico en Alicia y su relación con Chief. Solo con Alicia ya hay mucho de que hablar viendo como es una mujer que se culpa por la muerte de su hijo, aunque por lo que sabemos fue un accidente, pero claro, uno siempre creerá que pudo ser mejor padre y que esas cosas son responsabilidad de uno y luego está el cómo intentan llenar el hueco de ese primer hijo con otro, pero los seres queridos no son reemplazables. Elementos claves para la relación de ella y Chief, un sentido de padre protector que probablemente sea intentando arreglar lo que sucedió en su pasado. De la misma manera, Chief intenta arreglar las cosas en su vida. Es un niño de barrios peligrosos que solo conoce la violencia como salida y lo que le hace falta es una familia con mejores medios. Dos personajes que quieren arreglar sus vidas, pero ambos con maneras de pensar muy contrariadas. Pienso en lo injusto que puede ser la vida para todos, el tener dinero o no tener dinero no te garantiza el vivir bien, puede que los problemas económicos sean más evidentes en el día a día, pero las relaciones que tenemos con los que nos rodean llegan a ser más importante a la larga, después de todo, somos la suma de la gente que frecuentamos. Lastimosamente para Alice y Chief, solo pueden tener un final trágico.

Me parece interesante como los dos personajes ven el concepto de la muerte. Al inicio del filme vemos a una Alicia que fantasea con morir, probablemente crea que es justo luego de lo que ha pasado. Esta depresión no la abandona hasta que se comienza a fortalecer su relación con el niño y el valor que le da a la vida cambia al comenzar a verlo y cuidarlo como si fuera su hijo. Mientras que Chief ve la muerte como la justicia y la manera de arreglar las cosas malas de su vida, paradójicamente, la muerte es algo que abunda a su alrededor. Un niño de trece años que quiere matar a su padrastro. Eso no es fácil. ¿Qué tan horrible debe ser su vida en el barrio para desear eso?

Es en el final de la película en donde todo cambia. Benaim crea en su mayoría una película con una poética lenta y hermosa que se toma su tiempo en explicarse y asegurarse de que el espectador se sienta de una manera con los personajes, pero al entrar el tercer acto parece que esa poética es dejada en el olvido. Lejos de ser un clímax altamente emocional con una gran lucha de poder queda siendo un momento rápido y fugaz que queda en el olvido. El enfrentamiento de Alicia, Chief y su padre quedan relegados a un par de planos que no llegan a explicar nada. Alicia menciona un arma antes de que el espectador logre verla y tenga el impacto visual, escuchamos un par de disparos y la muerte de dos personajes, pero el poco tiempo que quedan en pantalla da una sensación de que ellos realmente no importan. Se siente como que Alicia nunca fue importante y puede ser olvidada rápidamente. Del padre de Chief no tenemos nada, solo lo vemos caer, pero aparte de eso casi ninguna reacción, no hay remordimiento y casi parece que tampoco odio, no hay nada. Lo último que tenemos es a Chief corriendo y un freeze-frame que se funde a negro con un tributo escrito sobre la muerte del actor a manos de la violencia en los barrios. Es agridulce la sensación. Una salida rápida y apresurada a una gran película que hace que todas las sensaciones creadas mueran en un santiamén. En mi mente ronda el pensamiento de si la película tuviera el mismo impacto sin el mensaje final en honor a Fernando. Claro, este mensaje eleva el arco narrativo del personaje en el filme y ayuda a ignorar un poco el apresurado final, pero si no estuviera, ¿la opinión de las personas cambiaría? Imposible saberlo. Lo imposible de ignorar es que Fernando tenía un gran talento y vivirá por siempre en una de las mejores películas que han salido de este país gracias a su honesta y real interpretación de la vida en el ghetto panameño.

Concluyo feliz. Las últimas obras que han salido en el país han catapultado y subido mucho los estándares cinematográficos panameños y después de esto, podría poner a Abner Benaím como el mejor director del territorio en este momento y quedo con muchas ganas de ver cuál será su próximo proyecto. “Plaza Catedral” es una película que todos deberían ver, sean panameños o no, porque aquí trasciende de ser “una película panameña” a ser una película hecha y derecha que no le debe envidiar nada a ningún país. El puesto de “Plaza Catedral” en el shortlist de los premios de la Academia es totalmente merecido y no me sorprendería que consiguiera la nominación.

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