Ensayos

Los Sueños de Akira Kurosawa

Al estudiar sobre la historia del cine, nos encontraremos seguramente con el legendario Akira Kurosawa (1910 – 1998). Kurosawa fue un director japonés quien llegó a influenciar de alguna manera a cineastas como Ingmar Bergman, Federico Fellini y Roman Polanski solo por mencionar algunos. En este ensayo estaré analizando su antepenúltimo filme “Yume” (1990) o conocida en español como “Los Sueños de Akira Kurosawa” y exploraré las influencias que pudieron haber influido en la creación de la película y qué quiso decir el director en esta obra.

Los Sueños de Akira Kurosawa” es una colección de cortometrajes a los que el director llama sueños. Estos cortometrajes están basados en sueños que el director tuvo a lo largo de su vida, por lo tanto, se entiende que el mismo Kurosawa es el protagonista y decidió llevarlos al cine. Cada uno de estos sueños es una historia o relato diferente que explora una temática que hace referencia a la muerte, el luto o las consecuencias de las acciones humanas en la tierra.

LA LUZ DEL SOL A TRAVÉS DE LA LLUVIA

La inocencia de un niño es sagrada. Para nosotros en el occidente, hablarle de la muerte a un niño puede llegar a ser muy difícil. En la cultura japonesa no es así y en este sueño, Kurosawa, lo demuestra. La historia cuenta como un niño desobedece a su madre en medio de la lluvia. La madre le dice que no se puede quedar jugando en la lluvia porque los zorros hacen sus procesiones de boda en ese clima y no les gusta que los vean. El niño sale de los terrenos de su hogar en medio de la lluvia y se encuentra a estas personas llamados zorros marchando por el bosque y estos lo descubren. El niño vuelve a casa y está la madre esperándolo con un cuchillo y le dice que los zorros le dejaron eso para que se matara, la madre también le dice que puede intentar ir a pedirle perdón a los zorros, pero ellos difícilmente perdonan.

Es sorprendente la manera en la que el concepto de honor japones se les inculca a los niños desde pequeños. Hemos visto en el cine con temáticas japonesas como los samuráis llevan a cabo un tipo de suicidio llamado seppuku o harakiri, que se basa en el concepto de que si una persona o guerrero no llega a cumplir su misión es mejor morir que volver a casa como un derrotado. Esta costumbre la hemos visto en películas como “Harakiri” (Masaki Kobayashi – 1962) “El Último Samurái” (Edward Zwick – 2003) o “47 Ronin” (Carl Rinsch – 2013). Lo sorprendente es que el niño está consciente de lo que la desobediencia a las ordenes implica y aun así decide irse ya que vemos que cuando recibe el cuchillo, no se sorprende.

Al analizar un poco la puesta en escena nos damos cuenta de una de las estampas visuales del director. El orden y la simetría y el minimalismo en la composición de cada plano. Durante la procesión de los zorros se muestra un orden perfecto con una coreografía detallada que busca crear una combinación de suspenso y travesura con el movimiento creado entre el niño y los zorros. No hay palabras que se necesiten para llevar a cabo esta escena, todo lo vemos y entendemos por el uso del cuerpo de los actores y la música que nos sumerge en la situación. Aunque desde ahora nos damos cuenta de que el estilo de dirección actoral del director no es tan bueno como las visuales y la narrativa que puede llegar a crear.

Este primer sueño es lo que nos prepara para los demás. Aunque su último plano parece una pintura expresionista, deja al espectador con un sabor amargo por el pensamiento de que este niño no tendrá otra opción que suicidarse.

EL HUERTO DE CIRUELOS Y LA FIESTA DE LA MUÑECA

Durante la celebración del Hinamatsaru o la fiesta de la muñeca, un niño le lleva refresco a su hermana y sus invitadas, pero al parecer tiene un vaso de más. El niño insiste en que falta otra persona en la celebración, pero su hermana insiste en que están todas y fue él el que se equivocó. Esto nos lleva a ver como el niño ve la aparición de una niña y la sigue al bosque. De aquí el niño se encuentra a un grupo de personas que parecen de la realiza quienes le explican que ellos son los árboles y lo amenazan porque su familia ha cortado todos los árboles, pero al darse cuenta que el niño realmente amaba las flores de esos árboles, las personas le regalan un baile lento en el que desaparecen y dejan atrás pequeños árboles.

Este relato nos trae otra de las temáticas que Kurosawa traerá de otra manera en otro sueño. Las consecuencias de las acciones contra el medio ambiente por parte de los hombres. Esta historia podría llegar a ser la más aburrida y su único punto a favor es la coreografía de los árboles que tienen ese orden, refinamiento y respeto japonés que ya conocemos. Una mezcla de ballet con el baile tradicional japones que se basa en movimientos lentos y calculados. La puesta en escena se siente teatral. El baile sucede en un solo plano escalonado en el que no existe un sentido de profundidad y parece que podría ser interpretado fácilmente en un teatro, rescatando solamente el vestuario.

LA TORMENTA DE NIEVE

En este punto nos damos cuenta que existe un sentido de cronología en los sueños. El niño ha crecido y ahora es un adulto. Este hombre va caminando en una tormenta de nieve con otros compañeros que están en busca de su campamento, pero temen que no podrán volver y morirán por la fuerza de la tormenta. En este sueño, Kurosawa, nos vuelve a hablar de la muerte, pero desde otro punto de vista. Ahora no es por medio del seppuku, sino la muerte accidental en la búsqueda del hogar.

Hablar de la muerte es complicado para todos. En la tormenta quedamos con mucha ansiedad al principio porque puede representar la manera en la que a veces nos ahogamos en nuestros propios problemas o situaciones del día a día y sentimos que no podremos sobrevivir un rato más.

En esta historia vemos una situación fantástica que por primera vez no se siente como sacada de la mente de un niño. Existe un sentido de miedo real y ansiedad que lleva al espectador a sentirse incómodo. El miedo a morir es algo que ha sido examinado por muchísimos artistas desde la antigüedad. Normalmente a la muerte se le presenta como un esqueleto o un ser oscuro que deja cadáveres sin vida en su camino. Lo interesante es que Kurosawa decide interpretar la muerte como una mujer conocida como Yuki-onna, un fantasma que lleva la muerte en las tempestades heladas, pero el protagonista logra retomar fuerzas una ultima vez y espanta a la mujer, desvaneciendo así la tormenta y dejando una vista clara de lo cerca que está la aldea.

Este sueño es la representación de la vida y busca recordarnos que no nos debemos rendir, aunque todo parezca estar en nuestra contra. Puede que este sea solo un sueño de Kurosawa pero a la vez nos dice mucho de la situación emocional que tenía el director durante alguna época en su vida. La tormenta al final no llega a tratar sobre el miedo a la muerte, sino al miedo de no poder superar obstáculos y como estos obstáculos nublan nuestra vista y nos hace olvidar la cercanía de nuestras metas.

EL TÚNEL

Probablemente el mejor sueño de toda la película. Un perro que luce como deforme y que carga explosivos en su espalda y un túnel oscuro con que el remordimiento y el luto.

El minimalismo con el que el director aborda este sueño es asombroso. Tenemos un hombre que vuelve de la guerra y un túnel oscuro, eso es todo. Durante la historia veremos a otros personajes, pero la situación de ellos no importa tanto como el resultado de lo que sucedió con ellos en la vida del protagonista. Luego de la aparición y desaparición del perro vemos como el hombre cruza el túnel y del otro lado sale siendo seguido por un soldado con su piel azul en representación de que su vida ya expiró. El soldado muerto no puede creer que está muerto pero el protagonista le debe dar las noticias crudas y debe aceptarlas. Luego de eso aparece todo un pelotón, todos muertos y el protagonista debe pedirles perdón y hacerlos marchar nuevamente al túnel.

La culpa es uno de los peores sentimientos con los que cuenta la humanidad. Freud se refiere varias veces a este sentimiento en sus escritos por la manera en la que los criminales se sienten luego del crimen. La manera en la que el protagonista siente culpa tiende a ser casi de criminal por todas las acciones que se tienen que tomar en la guerra y lo que sucede en la misma. El protagonista intenta reconfortar a los muertos, pero a la vez sabemos que lo que dice también es para él.

Al final el perro con los explosivos vuelve y atormenta al hombre. Este final nos dice que probablemente, el protagonista está muerto también y esto que ha tenido que pasar es un viaje de aceptación personal a la muerte y este es su camino al otro lado. Los 3 encuentros tratan de diferentes tipos de perdón que necesita darse el personaje, de manera parecida al viaje de Dante por el infierno durante la epopeya “La Divina Comedia” de Dante Alighieri en la que un personaje va conociendo los diferentes niveles del infierno para poder cumplir su objetivo. Esta misma estructura es la que Kurosawa resume para contar su corta pero impactante historia sobre la culpa y la muerte.

CUERVOS

En su sueño más colorido, un hombre se encuentra en el mundo ficticio de Van Gogh. Una conversación con el artista le revela que una pintar no es solo buscar un paisaje bonito sino crear con un paisaje que te haga sentir algo a ti, personalmente.

Este es visualmente el sueño más lindo por sus colores y diseño. Un puente de colores y el sinfín de referencia a las pinturas de Vincent Van Gogh, pero eso es todo. Tener una historia como esta luego de una experiencia tan fuerte como la de “El Túnel” deja al espectador dándose cuenta de lo débil que es este sueño en particular.

Kurosawa logra crear un universo diegético convincente que representa muy bien la visión de Van Gogh, pero la carencia de texto hace que el sueño se tambalee. Tiene sentido cronológico por el crecimiento del protagonista, pero no tiene la solides narrativa que es necesaria en el punto medio del filme. Se siente como un relleno en una serie de historias que hablan sobre la perdida de la vida y el peligro de la misma. “Cuervos” es un intento de darle un tono positivo con la belleza del arte y la visión artística que puede tener una persona, pero es opacada por toda la historia oscura real que fue la vida de Van Gogh. La manera en la que el director retrata al artista llega a ser inverosímil y romantizada en exceso.

EL MONTE FUJI EN ROJO

Regresando al tono pesimista del filme, llegamos al sueño en el que una central nuclear colapsa y afecta a una ciudad, haciendo que miles de personas corran por escapar. Este es el primer sueño en el que tenemos a 3 personajes importantes que se dedican a tener una discusión sobre la situación. El problema se presenta de forma directa y la moraleja o significado de este sueño es bastante obvio. Con una historia en la que todo sucede en un risco con el mar de fondo, vemos un discurso sobre la contaminación y como los humanos somos la plaga que destruye el planeta con nuestros químicos cancerígenos y mortales que quedan flotando en el aire.

Esto demuestra una teoría que tengo sobre las historias japonesas. Muchísimas veces estas historias hablan sobre la reconstrucción de la humanidad luego de alguna catástrofe, podemos tomar como ejemplo de esto “Akira” (Katsuhiro Otomo – 1988) y “Neon Génesis Evangelion” (Hideaki Anno – 1995) que han sido animaciones que han explicado el deseo de la cultura japonesa por reconstruir. Este deseo se debe a que son amenazados frecuentemente por tsunamis, terremotos, erupciones o incluso bombas nucleares como fue el caso de Nagasaki. Este sueño es exactamente lo mismo, pero desde el inicio de la catástrofe para enseñarnos que nosotros somos el mal.

EL OGRO LLORÓN

En un paisaje espantoso, del cual podemos suponer que es años después del colapso del sueño anterior, un hombre se encuentra con lo que parece ser un Oni o un demonio. Rápidamente nos enteramos que este demonio era un humano y que ahora tiene la maldición de la vida eterna junto con otros. Luego se revela que los que se han convertido en Onis eran empresarios y personas de poder que ahora tienen que sufrir las consecuencias de sus actos, lo cual nos trae de regreso a que este filme puede ser una obra paralela a la Divina Comediay que este puede ser otro circulo del infierno.

Aunque esta cuenta con una mejor puesta en escena en parte del decorado con estas plantas gigantes, lo que parece ser un lago de sangre y un ambiente lleno de niebla y tierra que luce como lo que creemos que luce el planeta marte, se siente como una secuela directa del sueño anterior que nos habla de lo mismo, la única diferencia siendo que ahora el protagonista tiene la opción de salir corriendo de ese lugar o quedarse y convertirse en un Oni.

EL PUEBLO DE LOS MOLINOS DE AGUA

Kurosawa sabe que el filme ha tenido un toque pesimista y altamente existencial, por lo tanto, hay que terminar con una nota más alegre. En este último sueño, el director cierra el ciclo de la muerte con el entendimiento de que la muerte no es algo para estar triste o asustado y que cuando sucede es un motivo de celebración y no de luto.

Esto lo logra contando la historia de un hombre que llega a un pueblo sin nombre en el cual la gente vive mucho y está rodeado de molinos de agua. Todo esto es una analogía de el flujo de la vida y como la vida fluye como un río y sirve para dar energía y sustento a otros seres vivos.

Durante la estadía, el protagonista descubre que hay una piedra que marca la tumba de un hombre y todos los que pasan por ahí le dejan flores y se ha convertido en una costumbre. Esto es una linda metáfora que busca hacernos entender que no hay que pensar que nos olvidarán y que nuestras vidas o muertes dejan una marca permanente en la vida de las personas, como una gran piedra.

CONCLUSIÓN

Durante el viaje de “Los Sueños de Akira Kurosawa” me he dado cuenta de varias cosas sobre la manera de Kurosawa de hacer cine. En esta película Kurosawa buscaba hacernos viajar por una cadena de descubrimiento, negación, entendimiento y aceptación de la muerte. Esto puede ser porque esta película fue creada a finales de su carrera cuando estaba ya en una edad avanzada y comienzas a tener pensamientos sobre el fin de tu vida y te pones existencial. En este filme vemos una falta de acción y dinamismo visual como lo que presentaba en “El Séptimo Samurái”. Este filme se siente débil en comparación al resto de la filmografía del director. Con un rápido visionado nos damos cuenta que este puede ser su filme más personal, pero hay que recordar que personal no significa bueno. Una obra profunda no es necesariamente mejor que otra y esto se debe a que en el caso de este filme hay una clara falta de estructura en la película y en cada sueño. Se supone que cada cortometraje debe tener algún tipo de sentido narrativo, pero en este filme la mayoría de los sueños carecen de un final y dejan las cosas a criterio del espectador, que está bien hacerlo una vez, pero luego de eso queda dando a entender que es una técnica narrativa utilizada como una muleta para no escribir un final. Quedo con un sabor amargo en la boca pensando que esto pudo haber sido mucho mejor si Kurosawa no hubiera querido ser tan directo y con su guion y esperar que los finales abiertos le dieran algo de misticismo a la historia. En efecto, el director es legendario y será recordado por muchos años, pero esta no es su mejor obra y me cuesta encontrar un motivo para que sea una pieza de análisis cinematográfico más profundo cuando ya te está diciendo todo.

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