El año era 2016, nadie sabía dónde estaba Hideaki Anno (“Neon Genesis Evangelion”) y sus fans lloraban por algún update sobre la última entrega de las películas de Evangelion. Al parecer, el famoso director estaba haciendo un live-action de Godzilla, llamado “Shin Godzilla”. Una película a la que le fue bien e los cines de japón y busca darle un giro a las clásicas películas de kaijus.
Mi preocupación era que Hideaki Anno está mucho más acostumbrado a hacer anime y es muy bueno en eso, no es un tipo que hace películas live-action normalmente. Lastimosamente eso se hace evidente en “Shin Godzilla” cuando vemos su edición, sonido y fotografía. Creo que las personas que vamos ambos medios sabemos que el estilo de anime no se traduce muy bien al cine directamente. Quedamos con tomas que parecen innecesariamente dinámicas y rápidas y uso de lentes muy fuera de lo convencional que hace que tenga un toque amateur.
Resumiendo la trama. Un bicho gigante sale del mar y comienza a destruir Tokio. De la nada, comienza a evolucionar. Es Godzilla. El gobierno no sabe que hacer discuten cual es la solución a este problema.
Algo que Hideaki Anno busca es satirizar y exagerar la burocracia de tomar decisiones en el gobierno. Desde el inicio seguimos a este grupo de funcionarios y cabezas de gobierno teniendo reuniones en diferentes salas para no llegar a ninguna decisión, preocupados por como se verán y si es real lo que está pasando en la bahía. Claramente hay una criatura gigantesca destruyendo todo. Por más que la situación sea seria y este bicho esté destruyendo Tokio, siguen discutiendo e intentado seguir reglamentos legales que no van a ningún lado mientras mucha gente muere. Lo curioso, esto es muy gracioso ver como estas personas tienen que buscar autorización para tomar hasta las más simples decisiones. Nuestro protagonista, que nunca super su nombre, era el único que vía que toda esta tontería estaba mal. Básicamente toda la película es eso y te deja pensando un poco de lo absurdo que es el gobierno con todos sus procesos.
Sé que leyendo esto, parece una comedia, pero no lo es. La película se toma en serio mostrando estas cosas sin caer mucho en lo absurdo, aunque la situación lo sea. Muy diferente a como Hollywood manejaría una sátira como esta.
Es inevitable para mi comparar “Shin Godzilla” con sus versiones americanas. Se ve un storytelling muy diferente y divertido, mientras que en las versiones americanas casi siempre se van por una historia aburrida, pero con gran calidad en su producción. Curiosamente la narrativa de la película también juega un poco con la diferencia política entre Estados Unidos y Japón.
Vamos a lo técnico. La película se ve de bajo presupuesto. El CGI luce universitario y las decisiones de diseño de Godzilla es altamente cuestionable. Con excepción de algunas partes en las que Hideaki Anno sacó su poder del anime y logró tomas bellísimas con una banda sonora que hace que la destrucción de Tokio luzca hermosa y caótica. Con un presupuesto de 16 millones de dólares americanos, me parece que se pudo haber hecho algo muchísimo mejor. Lo bueno es que esta película no depende de Godzilla para que sea buena. Igual que la mezcla del audio y la grabación del mismo. Para que yo me de cuenta de que algo está mal con el audio, debe ser obvio ya que mi percepción del sonido no es la mejor, pero las fallas eran muy evidentes. Desde líneas
Tengo sentimientos conflictivos. Estoy acostumbrado a mis películas de Godzilla americanas, altamente estílizadas y producidas, pero a la hora de ver esta obra japonesa, “Shin Godzilla” llega a ser una experiencia tan diferente que no puedo decir que es mala, aunque se vea bastante mal.
¿Importa que la fotografía parezca de película directa a DVD? No. ¿Importa que se note que Hideaki Anno es muchísimo mejor dirigiendo anime que películas live-action? Un poco. ¿Importa que Godzilla se mueva como una estatua sobre ruedas? No, pero lo hace gracioso.
Yo solo sé que veré esta película nuevamente en el futuro y se la puedo recomendar a cualquiera que no le moleste ver producciones en japonés.
Trailer:
