Para poder entender de donde vienen películas como “Valerie y su Semana de las Maravillas” (1970) hay que comprender de donde viene su director y el movimiento del cual era parte. Según Amaia Zorrilla del Festival MEM (año desconocido), “Lo más importante que define a este grupo es su estilo: la ironía y la sátira que se mezclan con el absurdo dando lugar a situaciones kafkianas, las técnicas de montaje vanguardistas y el desencanto ideológico.” Con esto hay que tener en cuenta que los directores como Jires, Menzel o Chytilova estaban siendo censurados por el partido comunista y tenían varias películas en espera para poder rodar, cosa que terminó cuando comienza la Primavera de Praga en 1968 y los realizadores comienzan a hacer estas películas que se salen de lo que se podría denominar políticamente correcto o incluso, normal. Se juega de manera fuerte con el surrealismo y lo fantástico, dando rienda suelta a situaciones inimaginables que podían y aún causan revuelo y hasta asco por algunas personas que visionan los filmes de la nueva ola checa. Los directores mencionados que fueron parte de este movimiento tenían un sentimiento de no encajar en ningún lugar con su cine o sus maneras de pensar, pero al final, quedan creando este movimiento sin manifiesto ni reglas. Un sueño surreal que ha desaparecido y es ignorado por muchos.
De este contexto aparece Jaromil Jires quien también dirigió la película “Krik” (“El Llanto”) la cual fue inscrita al festival de Cannes y es considerada la primera película de la Nueva Ola Checoslovaca. Rodeado de un humor negro y visceral, realiza esta adaptación de “Valerie y su Semana de las Maravillas” en la que muestra la primera menstruación de una niña de 13 años y sus siguientes días en un despertar y enfrentamiento sexual a gran escala en la que se encuentra con vampiros, monstruos, religiosos mientras es tragada por el mundo de lo fantástico entre los cantos de las ninfas. Según Dina Lordanova (2003) podemos entender un poco más de el estilo del género, ella comenta que la Nueva Ola Checa cubre una amplia gama de estilos, incluyendo el surrealismo, el dadaísmo, la representación de un mundo de fantasía y magia, etc. Sin embargo, existen elementos unificadores, siendo los más importantes: el tratamiento de temas contemporáneos, la ironía (a menudo rozando el absurdo), las técnicas de montaje vanguardista y la atención al detalle psicológico.
Más que rozando lo absurdo, creo que llega a disfrutar de mismo por su montaje que en ocasiones llega a ser ecléctico. En un ejemplo, podemos observar en que en el filme existen varias secuencias que parece un sueño, efecto que se da por una sobre exposición del material fílmico o algún tipo de filtro de difusión que brinda las cualidades de suavizado del contraste que da este efecto de estar en un sueño, el montaje de estas secuencias tiende a ser confuso y muchas veces no deja al espectador entender la situación. Acciones como la reanimación de un cuerpo muerto o la transformación de un animal a un ser humanoide tienden a ser abruptas. Se podría asumir que es de este modo por la falta de tecnología o por la misma lógica dadaísta y surrealista que comprende el universo diegético del filme, estos mismos efectos visuales se pueden encontrar en otras películas del movimiento como lo es “Las Margaritas” (1966) que podría ser una sátira de la decadente burguesía. Se nota lo muy apegado que está el movimiento a las obras surrealistas y dadaístas cuyos movimientos sí tuvieron un manifiesto y puede que de ellos se puedan extraer o entender mejor la manera en la que funcionaba la Nueva Ola Checa, por ejemplo “La obra de arte no debe ser la belleza en sí misma porque la belleza ha muerto; ni alegre; ni triste, ni clara ni oscura, no debe divertir ni maltratar a las personas individuales sirviéndoles pastiches de santas aureolas o los sudores de una carrera en arco a través de las atmósferas. Una obra de arte nunca es bella por decreto, objetivamente y para todos. Por ellos, la crítica es inútil, no existe más que subjetivamente, sin el mínimo carácter de generalidad.” (Tristan Tzara, 1918). El concepto de la belleza en la obra es subjetivo y a consecuencia de eso, también el de la fealdad. “Valerie y su Semana de las Maravillas” se tiñe por estos conceptos. La belleza tanto estética en el mismo filme como conceptual en la búsqueda de belleza y juventud del personaje de la abuela de Valerie. Se abren preguntas cómo la realidad de lo que busca y/o realmente qué está dispuesta a dar por conseguirlo, aparte de lo que se ve en la película que entrega su casa.
La belleza real y prácticamente objetiva se encuentra en la protagonista Valerie, una niña de 13 años y es desde este punto inicial en el que se nota la cantidad de temas que toca la película. En una transición en la vida de Valerie de niña a adolescente comienza un despertar sexual que ha ojos de la sociedad fuera del filme incomoda mucho. Empezará una introducirse en un mundo sin asco en el que es buscada incluso por integrantes de la iglesia católica para aprovecharse de ella, sin que sea extraño. Cabe destacar que en comentarios alrededor del internet sobre esta película, se critica mucho este tema y se llega a tildar inmediatamente de una visión pedófila del director. Es más importante, creo yo, discernir más a fondo la situación en la que al final la misma iglesia condena a Valerie de bruja por tentar a los hombres santos, convirtiendo la situación en una crítica a la hipocresía de la institución machista católica. En ocasiones la iglesia o sus integrantes hacen apariciones transformándose o siendo visitadas por monstruos, demonios o vampiros, dependiendo de la interpretación de cada uno ya que la película no te dará respuestas. Esto suma al discurso de sátira y crítica que también deja claro la razón por la cuales directores como Jires fueron censurados.
El tema de los cuerpos es de mucha importancia y debe ser amarrado a los conceptos tocados en el filme. Hay mucha sexualidad mostrada. Sexo al aire libre e incluso tortura corporal en señal de arrepentimiento. Al mundo en el que se ha adentrado la protagonista, este sueño extraño, el cuerpo es tu arma principal. Ella hace florecer los deseos de los hombres incluyendo a Orlik y las mujeres le dan su cuerpo en deseo a los hombres como lo hace la vecida Hedvika’s para consumar su matrimonio. Lo curioso es que en este intercambio siempre se gana o se pierde algo.
Es complicado definir la línea entre la realidad y la ficción; puede ser por lo fantástico que es el movimiento de la Nueva Ola Checa y esta vertiente específica que busca, a propósito, separarse de la realidad, pero a la vez satirizarla. Esto es interesante porque por más que el cine busque separarse de la realidad, siempre la necesitará porque requiere de elementos conocidos por el espectador para poder contar una historia, por lo tanto, nada puede ser 100% ficción. Siempre habrá la existencia de organizaciones humanas como la familia, la amistad, el ser humano, los animales conocidos, casas, pueblos, entidades religiosas, etc.
En este tipo de cine tan satírico y surreal se nubla también la línea entre lo cotidiano y lo del mundo sagrado. De manera extraña en el mundo de Valerie, los vampiros son imposibles, como posibles. Ella no los había visto nunca ni sabía de su existencia, pero procede aceptarlos en su vida de manera natural. Sucede de igual manera con los diferentes ritos religiosos. Son extraños, extravagantes y con mucha influencia gótica por su arquitectura y estética de vestuario y arte, nosotros, desde el punto de vista de la protagonista, nos sorprendemos tanto como ella de esta nueva realidad que está descubriendo que luego del final de la película no podemos definir si es real o no. El mundo sagrado se fusiona totalmente con su cotidianidad.
Jires se ha encargado de que la manera en la que el filme funciona sea confusa a priori; funciona de manera similar a la lógica del sueño que maneja David Lynch en películas como “Mullholand Drive” en la que vemos un sinfín de secuencias de sueño que tienen una estética idílica y lo que sugieren a nivel de narrativa no llega a ser claro, o el caso de “Eraserhead” que también cuenta con una suavidad en la imagen y metáforas más claras, pero igual de extrañas a las que presenta Jires. Estas películas también cuentan con un estilo que va del surreal al terror y del terror al surreal con facilidad, por lo tanto, vemos la influencia que tuvo esta Nueva Ola Checa y lo importante que fue, aunque sea poco recordada.
Ahora queda preguntarnos que es en realidad lo que se cuenta en “Valerie y su Semana de las Maravillas”. Encontrar a algún teórico o estudioso que hable de esta película específicamente no es fácil, pero tampoco imposible. La mejor descripción general de la temática principal de la película es la siguiente: “Las alegorías y referencias envuelven a esta núbil Valerie (trasunto de Alice in Wonderland), en su viaje hacia la madurez con todas sus consecuencias. La protagonista navega entre los personajes metafóricos e icónicos que van mostrándole un mundo nuevo, lejano de la niñez, en el marco de una aldea surrealista, donde la imaginería religiosa extrema se da la mano con el cine de terror reinterpretado (del que luego bebería En compañía de lobos, de Neil Jordan). Valerie es más un icono que un personaje.” – jfadelucas, (20 de diciembre, 2018). La película es justamente eso, una representación de la transición entre la niñez y la adolescencia de una chica. La manera visual en que lo presenta es en el plano en que una joven le da una flor a Valerie y es seguido de un close-up de una flor blanca con gotas de sangre. La pureza es manchada por la adultez, es hora de crecer y como entrando en el mundo de Alicia en el país de las maravillas, entra en este nuevo mundo de sexualidad, erotismo, confusión y monstruos fantásticos que llenan el mundo de terror e inseguridades. Una analogía visual de 70 minutos.
“Valerie y su Semana de las Maravillas” es sin duda parte de la Nueva Ola Checa, por lo menos de una de sus vertientes, la más excéntrica. Aunque, es necesario recalcar que cada realizador es muy diferente al otro. Este movimiento es muy importante para el cine fantástico y es sorprendente la manera en la que queda ha quedado relativamente oculto y olvidado en comparación a la Nueva Ola Francesa. Puede ser que no tenga una importancia tan grande por lo fantástico de su relato o lo no directo que es. En los estudios de cine se ha aprendido que el cine social que es fácil de digerir y directamente conflictivo es el que llama más la atención del público.