Cuando varias naciones se unen, se pueden lograr cosas maravillosas. Ese es el caso de “Días De Luz”, una película en la que participaron 6 países para poder llevarla a cabo. Este filme está conformado por 6 cortometrajes de 15 minutos aproximadamente en cada país participante, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala.
Al ser conformado de distintos cortometrajes uno pensaría que la fotografía y composición estética de cada uno sería diferente, pero este no es el caso. Aunque fueron grabados en diferentes países y por diferentes directores, se compartió al mismo director de fotografía que viajaba de set en set y esto nos deja un estilo cinematográfico muy característico.
La mayoría de los tomas eran planos medios, americanos o medio cortos. Esto, en mi experiencia, se debe a que hacer planos generales o gran planos generales necesita de mucho dinero, cosa con la que no contaban en Días de Luz. Planos de detalle, no recuerdo ver, pero no eran necesarios para el tipo de historia contada. Los únicos planos generales o gran planos generales fueron utilizados en las tomas en las que mostraban la aurora boreal en el horizonte, evitando mostrar ciudad o pueblos.
En cuestiones de ópticas, se mantuvieron en los rangos normales, entre 24mm y 50mm. En ningún momento me parece que fue utilizado ningún lente tipo fisheye o telefoto.
Aunque tenían estas limitaciones, no se vio afectado el resultado de la película ya que estéticamente se veía muy bien y los planos utilizados son suficientes para hacer que una narrativa funcione.
La iluminación y la colorimetría fueron una de las cosas mejor trabajadas. Iluminando siempre de manera muy suave y utilizando en su mayoría temperaturas cálidas. Un poco irreal en algunas ocasiones en las que esperaba cambios a una luz dura como en escenas de atardeceres y luces de linterna o velas. También hubo sus momentos en los que se notaba que habían luces agregadas para exponer los rostros que no deberían estar ahí, aunque esto no es notado por el espectador común.
La colorimetría era relativamente normal. No exageraba sus colores como las producciones norteamericanas ni simulaba grano y película como las producciones europeas. Creo que es este un punto crítico que marca la estética latinoamericana. Este tipo de utilización del color es algo que utilizan los realizadores latinoamericanos para dar naturalidad y que ayudan a soportar este realismo y crudeza latino. En mi opinión, es “look” dice mucho sobre el alma y lugar de la producción.
Para concluir, no puedo quejarme. Por lo menos hablando sobre los aspectos técnicos del filme, está bien realizado y se ve que el equipo tiene experiencia y coherencia al momento de trabajar cada escena. La manera en que se puede resumir la estética de la película puede ser con la palabra “natural”. Lo cual es bueno, pero podría caer en la categoría de “normal” y lo normal puede llegar a parecer aburrido.