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Crítica: “La Ciénaga” Una exploración al cine argentino.

La ciénega Poster

Me mató la curiosidad por ver “la mejor película argentina de todos los tiempos” según la “Encuesta de cine argentino“. La encuesta original fue llevada a cabo por el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken en los años 1977, 1984, 1991 y 2000. En 2022, se realizó una nueva edición, organizada por las revistas de cine La vida útil, Taipei y La tierra quema, con apoyo del INCAA, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el Festival Internacional de Cine de La Plata FestiFreak, la Casa de la Cultura de General Roca y el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken

Dentro del top 10 vemos solamente dos películas de este nuevo siglo, “La ciénaga” de Lucrecia Martel (el sujeto de nuestra reseña) y “Nueve Reinas” de Fabián Bielinsky, filme que aún no he tenido el agrado de disfrutar más que en diferentes escenas que nos han puesto en las clases de cine latinoamericano. Es interesante aprender que Fabián siempre es recordado como uno de los expositores más influyentes del cine argentino. Con una carrera relativamente corta, logró darle a su cine filmes de talla mundial. Como alguna vez me dijo un profesor de dirección “fue una pena que se nos haya ido tan joven” hablando de Bielinsky por su pronta partida a los 47 años de un ataque al corazón. 

La directora de “La ciénaga” Lucrecia Martel, es un nombre muy reconocido dentro de la cúpula del cine argentino. Con fama de carácter mundial. Dentro de su filmografía están trabajos como “Zama“, “La niña santa” y la controvertida “La mujer sin cabeza“, un filme que varios estudiosos del arte han tildado como “aburrida” por la falta de eventualidades dentro de su narrativa. No he sido capaz de estudiar el caso, pero pronto me gustaría ahondar en la filmografía de esta realizadora luego de haber visto la pieza en cuestión.

“La ciénaga” es una película dramática de 2001, escrita y dirigida por Lucrecia Martel. Es una coproducción entre Argentina, España y Francia. Cuenta con la participación de Graciela Borges, Mercedes Morán, Martín Adjemián y Daniel Valenzuela en los papeles principales. La historia trata de dos familias unidas por las matriarcas del hogar, dos primas, Graciela Borges como Mecha y Mercedes Morán como Tali, quienes comienzan a unirse a través de la trama por unas complicaciones médicas que comienza a tener Mecha. La familia de Mecha, una familia digamos de clase alta, veranea en una casa del interior de Argentina donde tienen la ayuda de sirvientes (algo que habla mucho de su estatus), sin embargo, la casa en sí se encuentra destrozada, e interesantemente pienso mucho que esto es algo que la fotografía intenta obviar, casi que como mostrando lo suficiente para que te des cuenta de que la relación de la familia se va desmoronando poco a poco. Los hijos del matrimonio infeliz de Meche son un par de niños que corren por los campos de caza con escopetas y heridas de bala, cabellos y ropa desaliñada. Mucho del arte de la película insta a una reflexión sobre la verdadera naturaleza del estatus social versus el estado emocional de estas personas.

Por otro lado tenemos a la familia de Tali, que cuenta con dos niñas y un varoncito menor de unos 6 o 7 años. Ella y su esposo son una pareja más funcional, no beben, cuidan bien de sus hijos y están pendientes a su salud. Todas estas ideas se van planteando a través de las escenas, y es interesante notar el acercamiento de bajo presupuesto tan apegado a lo que es la Nouvelle Vague. El movimiento que nos insta a crear sin velar por las ideas del cine americano y de producciones grandes, un movimiento que cualquier persona cinéfila o no, debería investigar. Me quedo corto con mis anotaciones hacia la narrativa porque realmente soy de la idea en que este tipo de filmes no abarcan algún tipo de propuesta más grande, alguna idea o una historia trascendental, esta película es más lenta, detenida; ojo, si es posible que te cambie la vida más no tiene una historia formulada que te quedaras interesado esperando pasar los bits

Donde más brilla este filme es en su espacialidad, como se crean estas cajas caóticas de pequeñas decisiones, traiciones, murmullos, pensamientos, dolor, recelo. No hay forma más deliciosa de ver esta película que por lo que realmente intenta hacer: venderte la vida, los sentimientos y situaciones reales de una gran familia, pero desde un macro sentimental (primordialmente gracias al arte, la fotografía y los movimientos de cámara y su exquisita ejecución). Tan Female Gaze, con su interminable sosiego y atención al detalle. Jamás me imaginé ver un Thriller Female Gaze, y le digo Thriller por cómo llegas a estar tan invertido en la vida de los niños que corren por aquí y por allá dentro de la casa, a mis 25 años puedo decir que me sentí como un padre vigilando a su poco de chiquillos.

Finalizando quiero ponerme personal, ¿es “La ciénaga” la mejor película Argentina? No estoy tan de acuerdo. Veo como puede ser la elección de unos cuantos eruditos del cine; exploradores académicos de las vertientes filosóficas del arte, pero para galardonar a una película como la mejor de todos los tiempos me parece sumamente importante que tenga el factor de la accesibilidad. Contamos con un filme de densos sus tiempos muertos y de una casi inexistente trama. Quisiera añadir que su final es sobrio y hasta un poco abrupto, pero hila bastante bien con cómo se llevaba el resto de la película totalmente.

Me quedo satisfecho conociendo un poco más del cine latinoamericano, específicamente a altos expositores como Lucrecia Martel. Quedo con muchas ansias de conocer las joyas de nuestro cine latino, y es más, veo en mi futuro una serie explorando el cine iberoamericano, no lo sé Ángel, piénsalo…

Calificación

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