“Portrait of A Lady on Fire” (Portrait de la jeune fille en feu) viene desde Francia a motivar buenas críticas y a sorprender en lo que fue el Festival Cannes 2019.
Esta es una bella historia escrita y dirigida por Céline Sciamma y protagonizada por Noémi Merlant como Marianne, una pintura encubierta, y Adéle Haenel como Héloïse, una mujer que está destinada a casarse.
“Portrait of a Lady on Fire” fue la ganadora del premio Queer Palm en el festival Cannes, y bien ganado que fue. También se gano el premio a mejor screenplay.
La historia es sobre Marianne, una pintora a la que le encomiendan pintar secretamente a una mujer llamada Héloïse, quien no le gusta que la retraten por varias razones. Esto crea una dinámica en la cual estas mujeres del siglo 18 se enamoran y comienzan a luchar con sus sentimientos y problemas. Después de todo, Héloïse se casará.
Hay que decir desde ya que la película es visualmente hermosa. Simple pero hermosa. Con casi 2 horas de duración es un poco difícil de ver por lo lenta que puede llegar a ser, pero los personajes mantienen cierta tensión que te deja queriendo ver un poco más y un poco más y un poco más.
Hay una escena, que fue mi favorita, que es una fiesta de mujeres alrededor una fogata y comienzan a cantar. El vestido de Héloïse se prende en fuego y toda la situación es una belleza. El uso de la música en toda la película le da una relevancia artística que eleva la obra y te engulle sin masticarte.
El problema como dije, es lenta, basándose más que todo en sentimientos y como estas mujeres se sienten y su relación evoluciona. Sus dinámicas son predecibles y melosas, pero está tan bien dirigido y actuado que funciona muy bien. Tiene tomas larguísimas que no muestran nada, solo a los personajes sintiendo y esto es algo muy poderoso, pero que definitivamente no es para todas las personas. Entendería totalmente si hay gente que la quiere quitar a la mitad, pero también entendería a los que la verían varias veces.
Creo que lo más importante con este filme es lo honesto que se siente y te recuerda lo impactante que puede ser el medio cinematográfico para contar historias. Parece ser el medio perfecto para “Portrait Of A Lady On Fire”.
Aunque es muy buena, debo admitir que no es una película destinada a ser un blockbuster que llena salas de cine. No es titanic. Esta es una película de festival y de ver en casa con los sentimientos en las manos. Sí, es una historia de amor entre mujeres, pero le acariciará los sentimientos a personas de casi que cualquier creencia. Estoy seguro.
¿Es la mejor película del año? No, pero es una que definitivamente será recordada por mucho tiempo. Puedo categorizarla como una de las películas narrativamente más hermosas del 2019. Es una tormenta sentimental servida en un pastel sedoso y liviano.
Estoy con muchas ganas de ver las próximas obras de Céline Sciamma. Su manera de ver el mundo y plasmarlo en el cine, es espectacular.
Trailer de “Portrait of a Lady on fire”:
