Hay películas que simplemente parecen extractos de la realidad. Un pequeño trozo del tiempo que ayuda a las personas a entender un estilo de vida o una situación que pudo haber impactado a alguien. “Ya No Estoy Aquí” es justamente eso.
El director es Fernando Frías de la Parra, estrenó la película en el 2020, pero no encuentro información de él en ningún lado, solo he encontrado que hizo otra película llamada “Rezeta” en el 2012. Nada de eso importa, lo que importa es lo que hizo está vez con esta nueva película.
“Ya No Estoy Aquí” es la historia de Ulises, un chico de 17 años de Monterrey, que vive en Queens, Estados Unidos. En la película vemos su vida intentando sobrevivir sin hogar en un país en el que no entiende el idioma y la historia de cómo y por qué llegó ahí. Al parecer Ulises es parte de una pandilla en Monterrey llamada Los Terkos y por conflicto con las demás bandas suceden cosas que obligan a Ulises a huir.
El filme llega a ser una exploración tanto de las tribus urbanas mexicanas, en este caso los cholombianos o kolombias que escuchan mucha música colombiana, pero con un tempo más bajo con el que bailan y utilizan ropa bastante fuera de lo común.
La lucha de las pandillas mexicanas es mortal, muchos viven perdiendo a sus amigos y conocidos día a día y con temor de que probablemente no lleguen al otro día. Lo curioso es que siento esta película casi documental. Tiene esta aura de la realidad que retrata la juventud, melancolía y el amor de la amistad y la familia.
El filme brilla en su narrativa no lineal que nos narra tanto el pasado como el presente de Ulises que al final nos deja en un futuro un tanto incierto para la sociedad mexicana que realmente duele. Me quedo pensando en que realmente por más que Ulises haya intentado sobrevivir en otro país, el Monterrey pandillero siempre estuvo en su corazón y hasta tal punto, eso lo hace feliz. Esa era su vida y es lo que lo llenaba de felicidad. Eso y la música que tanto baila durante el filme.
“Ya No Estoy Aquí” en mi opinión es una película de festival de esas en las que sin duda pones tu voto. Logró ser proyectada en el Tribeca Film Festival 2020 y se llevó varios premios en el Morelia International Film Festival y el Cairo International Film Festival. Luego de eso fue lanzada en la plataforma amada por el mundo, Netflix.
Es difícil encontrar algo negativo en la película. Creo que lo único que puede ser un poco discutido es que el climax del filme es un momento poco dramático. Es una decisión que cambia la vida de Ulises, pero no es el gran pico que todos esperamos en cualquier otra película. A la vez, tiene sentido. La película tiene momentos tan impactantes en su desarrollo que el climax está destinado a ser algo así, un cambio de 180 grados en el protagonista y por lo menos, yo, lo sentí bien y lo entendí.
Su estilo visual es lo que me encantó desde el principio. Todos los planos se ven reales. No hay nada que apunte a un estilismo extraño de los últimos años. Lo que se cuenta se hace de manera honesta. Al llegar al montaje creo que es donde más te agarra el filme. Tomas largas y estáticas que te dejan literalmente vivir el momento con ellos y observar a Ulises bailar como si fueras parte del público o como si estuvieras pasando por la acera al lado del grupo de amigos. Me encanta esta decisión.
Así es, esta es sin duda una recomendación fuerte. Un drama que se siente real. Una historia que te deja pensando en el poder de la identidad.
Trailer:
