Panamá

Crítica Panameña: “Querido Trópico” y la sensibilidad del cine

Recuerdo que allá por el 2016 por casualidades de la vida entré por primera vez al Cine Universitario de la Universidad de Panamá sin saber con qué me encontraría. Mi costumbre de meterme a ver películas sin saber nada viene de toda la vida. Esa tarde le tocó proyección a un documental panameño llamado “La Felicidad del Sonido”. Una obra que explora las diferentes perspectivas de lo cautivador que es ese aire vibrante al que llamamos sonido en todas sus formas: música, programas radiales, comunicación, etc. Quedé cautivado por su narrativa, su forma y su manera de tratar un tema tan abstracto sin caer en lo explicativo. En un abrir y cerrar de ojos había entrado al mundo de quien se convertiría en mi directora panameña favorita Ana Endara.

Pasaron los años y me fui encontrando con sus demás documentales: “Curundú” y “Reinas”, pero el momento cúspide en el que me enamoré perdidamente de su visión fue cuando vi “Para su Tranquilidad haga su Propio Museo” la cual co dirige con Pilar Moreno, de ese documental iba a escribir aquí cuando salió pero recuerdo que el día después de la proyección me dio covid y quedé casi que inutil por una semana y mucho de la película se perdió en el delirio de la fiebre. Pero hay un pensamiento que quedó conmigo después de eso: “Necesito ver cuando Ana haga una ficción”. Pasó el tiempo y me enteré de que ese pensamiento se convertiría en realidad con “Querido Trópico”.

“Querido Trópico” es una película de drama del 2024 dirigida por Ana Endara y producida por Isabella Gálvez quien ha producido otras películas de la región como “Las Hijas”, “Días de Luz”, “Kenke”, entre otras.

Ahora sí, entrando en la película. “Querido Trópico” narra la historia de Ana María (Jenny Navarrette), una inmigrante colombiana que trabaja cuidando adultos mayores y Mercedes (Paulina García), una mujer adinerada cuya mente está siendo arrebatada por la demencia. Esta amistad que comienza a forjarse entre los personajes es donde entran todos los cuestionamientos del filme, por un lado Ana María sufre por nunca haber tenido hijos y lo desea mucho y por el otro lado Mercedes parece ser olvidada por los suyos. De ahí surgen cuestionamientos sobre el valor de la mujer, su función en la sociedad, la desigualdad que existe entre las clases sociales y la memoria, estos temas siendo recurrentes de su anterior documental. 

Lo excepcional es la delicadeza y sensibilidad con la que se tocan estos temas, Endara se encarga de que cada frase y momento se tomen su tiempo. Sí, es una película lenta, pero en eso está su belleza, en dejarse llevar por su situaciones, en disfrutar de la textura de las plantas, del sol y la lluvia panameña, en atesorar el momento actual en el que vives, esos momentos de lucidez de Mercedes, el jugar, el darse cuenta de que a veces da igual mojarse bajo la lluvia, el simple hecho de disfrutar de la vida, de lo que tienes y de lo que no.

Esa visión feminista no solo de Endara sino de la producción en si, la hace bella. Siendo esta una película que en vez de querer educarte o criticar fuertemente a la sociedad machista en la que vivimos, lo que hace es que te abre los brazos, te da un abrazo y te da tu tiempo para que medites y sientas. Esa es la palabra clave “sentir”. La película siente, el espectador siente, y son muchas emociones, pero siempre es un paso a la vez, con calma.

Esto de la sensibilidad, el tiempo y la memoria creo que es algo que viene de esa Ana Endara documentalista. Esa que medita en lo íntimo. Esa que tiene la paciencia y perseverancia para ir más allá que un conflicto externo de una persona y adentrarse en las inseguridades y pensamientos de las mismas. Esa carrera que se hizo en el documental se siente fuertemente en “Querido Trópico”, incluso en lo estético. La primera imagen que llega a mi mente es el seguimiento que le hace a Ana María entrando al jardín de Mercedes. La sensación de la cámara en mano, de ver al personaje de espaldas caminando entrando a lo desconocido. A punto de introducirse a un mundo del cual no se es parte pero con el cual eventualmente logrará conectar.

Podría quedarme aquí toda la noche escribiendo sobre las imágenes, las formas, las metáforas que va creando Endara con los insectos, las plantas, la maternidad, Dios y la cigüeña, los dulces… pero eso no sería divertido para ustedes. Por lo menos por ahora. Lo importante es que vean la película cuando estrene en cines y luego que cada quien vaya sacando sus propias conclusiones y podamos revisitar todo.

Una de mis sorpresas favoritas fue la dirección de fotografía. ¡Qué hermoso! Y es que el encargado de la fotografía fue Nicolás Wong. Wong ha filmado otras obras que son simplemente bellas como lo fue “Domingo y la niebla, “La Llorona” o incluso una de mis películas latinoamericanas favoritas “Tengo sueños eléctricos”. Esta combinación de Endara y Wong me parece fenomenal. Entre ambos han logrado un nivel de intimidad narrativo que da placer presenciar. Sus tomas macro de insectos paseando por las hojas, los periquitos, esa búsqueda de textura y contraluz constante es una pieza fundamental para la elegancia de “Querido Trópico”.

Esta es una de las visiones que le faltaba al cine panameño. Cada año nuestro corpus de películas se expande más y más, y “Querido Trópico” es de esas obras que resalta por lo única que es. Estoy más que emocionado por el futuro de Ana Endara. Espero siga puliéndose en la ficción, pero siendo honestos, aunque saqué otro documental lo vería sin dudarlo.

Tuve la oportunidad de ver esta película en el IFF 2025. ¿Cuándo se estrenará en cines? Ni idea, espero que este año, pero mantengan los ojos bien abiertos para cuando eso suceda.

Trailer:

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One Comment

  1. Muy acertada y apasionada reseña. No tenía el aprecio tan profundo a la película, pero reconozco que tal vez no le di el chance que merecía. La veré de nuevo cuando estrene con tus palabras en mente

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